Una anciana extrae una aguja de un pajar y se proclama Reina de Albacete

Aurelia Díaz, una anciana albaceteña de 89 años, ha conseguido lo que muchos antes que ella intentaron sin éxito: extraer la mítica aguja del pajar y convertirse en Reina de Albacete por derecho propio. 

El suceso ocurrió en la tarde de ayer cuando, según fuentes consultadas por Ser & Endipia, Aurelia salió a dar un paseo junto a unas amigas por las inmediaciones de su finca y al comenzar a llover con intensidad decidieron, sin tenerlo planeado, entrar en el granero de Pedro Cabra, un fornido agricultor con el que la propia Aurelia tuvo un affaire durante la postguerra civil española.

Una vez dentro, Aurelia sintió un deseo desatado de ir al baño, pero como se encontraba fuera de su zona de seguridad, en plena naturaleza, decidió apartarse del resto de sus amigas, dirigirse hacia un rincón alejado del granero para, una vez allí, entre decenas de bloques de paja, aliviar su necesidad.

Sin embargo, la fortuna que tan esquiva le había sido a Aurelia a lo largo de su vida cambió en ese preciso momento porque allí estaba, brillante como el sol cuando amanece, la famosa aguja del cuento popular, aquella que se encontraba tan profundamente clavada en un pajar que tan sólo la persona elegida podría liberarla de su prisión de paja y convertirse, irremediablemente, en la nueva Reina de Albacete.

Tras llamar a sus amigas y compartir el descubrimiento con ellas, su vecina Jacinta realizó un movimiento estratégico y, tras golpear con su bastón a sus amigas, se abalanzó sobre la aguja para intentar extraerla antes de que cualquiera de sus compañeras pudiera adelantarse, pero desafortunadamente para ella, la aguja no cedió ni un milímetro.

En ese momento Aurelia, haciendo uso de una fuerza sobrehumana, se rehizo de la caída y apartó a Jacinta con un "quita´l medio so cochina". Había algo dentro de ella que le decía que su suerte iba a cambiar y así fue.

Aurelia, armándose de valor, dirigió su mano derecha al lugar donde se encontraba la aguja  y con un rápido giro, consiguió sacarla de entre la paja, alzarla al cielo y ordenar a sus amigas que se arrodillaran ante su nueva reina, Aurelia I de Albacete.

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